domingo, 19 de febrero de 2023

Todo lo que puedes HACER en SAN AGUSTIN, Huila | Salto del Mortiño | Sal...


Todo lo que puedes  HACER en SAN AGUSTIN, Huila Salto del Mortiño Salto de Bordones

El pesebre mayor de San Agustín es una propuesta de tejido social en donde se articula el trabajo de toda una comunidad en torno al mensaje de la Navidad. El objetivo es llevar a escena el misterio de la Navidad a través de una propuesta innovadora que genere atracción a todos los que visitan y encuentran en San Agustín no solamente una propuesta o una oferta turística, sino también la mejor opción para sumergirse en el espíritu navideño”.

El alumbrado navideño es otro de los atractivos. “Una iluminación de 8 kilómetros que este año comprende desde la entrada del pueblo al parque arqueológico lo que he hemos llamado sendero arqueológico con una iluminación estupenda”.

Todos los años siempre se tiene una iluminación distinta y  una adecuación diferente. Un espacio muy agradable donde se vislumbran varias escenas de lo que es la navidad con imágenes a escala natural”.

En otras palabras, es un pesebre con animales y personajes vivos, quienes le dan más realismo a la propuesta.

San Agustín en Colombia es probablemente uno de los lugares más impresionantes y mágicos del país y sin embargo, debido a su relativa lejanía si lo comparamos con otros lugares turísticos, es uno de los menos visitados por turistas, tanto locales como extranjeros.

San Agustín Huila es un lugar privilegiado por la naturaleza deslumbrante de los Andes Colombianos, la noche estaba empezando y un ambiente muy familiar se respiraba en la plaza principal, la plaza muy llena de gente del lugar muy amable pero el hambre nos paso factura.

Cuatro esculturas replicas vigilan la plaza en cada esquina.
La cultura de San Agustín' o Pueblo Escultor es la hecha por gente que actualmente habita este pueblo y
este valle.

Y ubicado cerca de la plaza de mercado del municipio de San Agustín, con su estilo de construcción romano y su altar haciendo alusión a la gruta de la santísima virgen María se encuentra la iglesia de nuestra señora de Lourdes, con un Jardín en su entrada y una gran escultura del cristo de los dientes rotos.

El tiempo en que misteriosas figuras de guerreros, chamanes o representaciones de jaguares y otros animales brotaban de la tierra de este pueblo con nombre de santo; el tiempo en que arqueólogos alemanes andan escarbando en busca de vestigios históricos en el Macizo Colombiano.

San Agustín Huila es un pueblito especial para viajar y descansar. Sus hermosos paisajes del macizo colombiano. Sus estructuras coloniales. Su clima fresco. Su cultura. Todo es una invitación a quedarse y vivir una experiencia renovadora.

Además de las esculturas, San Agustín también es famosa por su clima cálido y su paisaje montañoso, con cascadas y ríos. 

Las chivas o buses de escalera son parte de la historia del transporte del siglo XX en Colombia, ingresamos a la galería para recobrar fuerzas para el día de hoy

En los últimos años, nuestro municipio se ha convertido en una
región prospera en el sector de turismo y además se destaca en el sector
agrícola, con gran variedad de productos como el café

La ciudad de san Agustín cuenta con una identidad arquitectónica propia que proviene de sus ancestros quienes dejaron su importante huella en la ciudad, la arquitectura en primer lugar se conformó por casas construidas con columnas de madera clavadas en una planta circular, los muros eran recubiertos con bahareque y barro, su altura era básicamente de 3mt con techos en
forma cónica de paja.

Después de la llegada de los colonos, las viviendas tuvieron una formación de tipo colonial manteniendo la identidad y la manufactura de los muros de bahareque y barro, sin embargo, empezaron a aplicarles detalles ornamentales que se aprecian en pórticos de puertas y ventanas adicionalmente las cubiertas desarrollaron aleros que reposaban sobre viguetas de madera y que
después se recubrían con tejas de barro.

Existe una calle que aún mantiene su carácter colonial se le denomina La calle de la locería es
llamada con este nombre debido a que en este lugar construyeron las primeras fábricas de
cerámica para la elaboración de teja y ladrillo, debido a que se encuentra muy cerca de los
depósitos de arcilla que han servido desde siglos atrás para la fabricación de los elementos en
mención como también para la elaboración de cerámica. En los galpones, como también se les
conoce a estas fábricas de bloques, se elaboraban vajillas en loza, la arcilla era vidriada, es decir
le aplicaba un barniz, que fundido al horno tomaba la transparencia y lustre del vidrio en
diversos colores. Esta actividad también ayudo a dar el nombre original actual de Calle de la
locería.

El nombre de San Agustín no está definido de dónde proviene, existen 2 versiones: Una dice obedecer a la presencia de los Misioneros Agustinos que llegaron a esa zona posiblemente en el año de 1600.  Otros dicen que, es posible que el nombre de San Agustín le venga en memoria del Santo Obispo Fray Agustín de la Coruña quien pasó indudablemente por el camino que de Almaguer conduce de Timaná a Popayán.  Según el escritor Miguel Cabrera, el Obispo murió cuando practicaba visita pastoral a Timaná, el 24 de noviembre de 1589, hoy aseguran que murió en Popayán. 

San Agustín también es conocido como LA CAPITAL ARQUEOLOGICA DE COLOMBIA.  El gentilicio de San Agustín es Agustiruano.   San Agustín dista de Neiva 227 kms. por carretera asfaltada y disfruta de un clima promedio de 18 grados centígrados, por tener mía altura de 1.700 metros sobre el nivel del mar.
Las canciones representativas de San Agustín son:  Bambuco a San Agustín, letra y música de José Isidoro. Mi Huila, autor Héctor Álvarez.

Florencia San Agustín
144 km

Y pasamos del dpto del Caquetá al departamento del Huila en un trayecto de 144 km estamos en San Agustín la cuna de la arqueología Colombiana

PRIMERA FUNDACIÓN DE SAN AGUSTÍN   
El poblado de San Agustín se fundó entre los años de 1608 y 1612 con los indios Mulale y Laculata por, Pedro Saenz de la Guía, quien cumplía órdenes del gobernador de Neiva y Timana Don Pedro de Velazco.    En 1928 San Agustín tenía ya una vieja iglesia de bahareque con techo pajizo.    (Arch. 3, c, IV, 892).

El Municipio de San Agustín es de origen indígena, su primer asentamiento, figura cerca del río Mulale.  Allí residían los indios Laculata y Mulales en un pequeño caserío que se llamaba Laculata.

San Agustín de Baberiquena, que se considera una de las más grandes zonas arqueológicas del país –en el departamento del Huila-, habría sido fundado en 1601 por indígenas Mulale, sobre el río Mulales y cerca a la cascada de los Tres Chorros, en un sitio conocido como Laculata -hoy día Tapias- al occidente del actual municipio.

La primera fundación de este poblado se le atribuye al capitán Pedro Sáenz de la Guía, entre 1608 y 1612, quien cumplía órdenes del gobernador de Neiva y Timana Don Pedro de Velazco.  Conquistador del siglo XVI, adopto su apellido en honor a Nuestra Señora de la Luz, o de la Guía, patrona de numerosos viajeros del Nuevo Reino de Granada.

Esta primera fundación fue destruida por los andakies [1]  en la primera mitad del siglo XVIII, siendo reconstruida en 1796 con indios llevados de la provincia de Almaguer, probablemente en el mismo lugar que ocupará antes (43, No. 59-60, año 1944 op. cit., Friede: 81).

Los habitantes del Alto Magdalena al igual que sus vecinos y aliados los Páez y Guanacas no vivían en pueblos compactos, sino en viviendas aisladas dispersas en la región.   Lo demuestran las numerosas plataformas de habitación que en diferentes tamaños están diseminados en las vertientes de la cordillera oriental; todos los bohíos eran de techo pajizo (Friede: 92).

Con base a las investigaciones que acerca del tema ha realizado Luis Duque Gómez (1964: 23) en un documento inédito que se conserva en el Archivo Nacional de Bogotá y que lleva por título “indios de Timaná”, contiene datos interesantes acerca de la primitiva fundación, la cual coincide con los datos presentados por Friede cuando expresa que esta primera fundación de San Agustín fue destruida por indios Andakies, complementando esta información con el siguiente dato:

“Que a los ataques de los mencionados indios se sumó una epidemia de viruela, todo lo cual diezmó notablemente la población.   Los pocos nativos que quedaron fueron mandados al sitio del Naranjal cercano a Timaná, por Fray Francisco Romero, de la orden de San Agustín.” (Duque 1964: 23).

Con el traslado de los pocos habitantes que habían quedado en San Agustín hacia Timaná y Naranjal la zona quedó despoblada por un largo tiempo.   Motivo por el cual quedaron en calidad de realengas [2] , situación que aprovechó el doctor Mauricio Valderrama, (alcalde ordinario de la Villa de Timaná en ese tiempo) para pedirlas como parte de su propiedad; según lo constata el siguiente dato:

“… ante v.m perezco en aquella forma que más haya lugar y digo que linde con las tierras que poseo en el sitio de Laboyos, jurisdicción de esta dicha villa (hoy las que llaman de San Agustín) por estar en sitio tan apacible y desierto, que así por esto como por lo inválido de los indios Caribes de nación Andaquies y otros que las trafican por ser caminos para sus provincias no ha habido jamás quien las habite por el por el conocido riesgo y mediante a que me halló en mérito para que de ellas se me haga merced, etc.” (Duque: 23)

Las tierras de San Agustín fueron adjudicadas al doctor Mauricio Valderrama por el capitán Don Diego de Higuerón Ponce de León, juez visitador de tierras y posiciones en el año de 1722. (Duque: 24).

Años más tarde en 1749 el doctor de Valderrama dona las tierras de San Agustín a Alejandro Astudillo, su esposa e hijos, con el propósito de que poblasen esta área, motivo por el cual se intenta una segunda fundación del poblado.

SEGUNDA FUNDACIÓN DE SAN AGUSTÍN

La segunda fundación de San Agustín se inicia con la donación que de estas tierras hace el doctor de Valderrama al señor Alejandro Astudillo y familia originarios de Almaguer.

En el siguiente párrafo se puede notar tal donación:

“Señor Alejo Astudillo.   Recibí tu carta por la que aprecio tu cabal salud… las tierras que había del rey en este país las compuso mi padre, que Dios tenga en descanso, pues como digo se compuso con el dinero exhibiendo el importe de dichas tierras, pero en vista de las buenas noticias que vos me han dado, estoy pronto a hacerte gracia y donación de tierra en sitio que llaman de San Agustín, para que tu pobléis y viváis con toda quietud y sosiego,…” (Duque 1964: 24).

Esta donación se constituye en el inicio de un largo pleito por las tierras de San Agustín entre el doctor Mauricio de Valderrama y los indios venidos de Almaguer, puesto que un año antes de 1751 los indios habían pedido al rey directamente la adjudicación de dichas tierras, lo cual disgustó profundamente al doctor de Valderrama quien declara en sus memorias que había donado un pedazo de tierra únicamente a Alejo Astudillo y su familia sin que esto fuera a perjudicarlo, pero en vista de que el mencionado señor quería traer más gente para poblar la zona, el se retracta de lo dicho y decide no donar tierra alguna al señor Astudillo.

Aparentemente el pleito sostenido por el doctor Valderrama y los primitivos habitantes, el indio Alejandro Astudillo y compañeros del pueblo falló a favor de estos últimos, puesto que la Real Audiencia del Nuevo Reino de Granada el 28 de Febrero de 1753 expide el siguiente decreto:

“Concédase licencia a Alejandro Astudillo y demás compañeros para que puedan poblar el sitio de San Agustín su antiguo pueblo… con tal de que procedan a hacer primero y ante todas las cosas Iglesia con ornamentos y cosas necesarias para el culto divino…” (Ibid: 27).

Este decreto acrecentó aún más la furia del doctor Mauricio de Valderrama, quien quedo sin tierras consideró un atentado contra sus legítimos derechos de propiedad, por lo cual presentó recurso de nulidad de esta posesión de tierra a los indios anteriormente citados:

“…Aunque el sitio de San Agustín (desierto) fue pueblo, éste a causa de haber quedado desierto y derrocado, un misionero llamado Fray Francisco Romero, compró con plata de las cajas reales, de la ciudad de Santa Fe las tierras del Naranjal, para poblarlas allí con otros indígenas de la etnia tama que se agregaron, en donde está manteniendo pueblo por ser muchas las tierras buenas y fértiles en cuya inteligencia dejaron las dichas de San Agustín desiertas y despobladas”. (Ibid: 28)

De esta manera el doctor de Valderrama no dio marcha atrás en su empeño de recuperar sus derechos de propiedad sobre las tierras de San Agustín y por tanto adelantó procesos y acciones contra los indios para así cerrarles el paso hacia sus tierras y por ende hacerlos fracasar en su intento de poblar las mencionadas tierras; pese a todo esto los indios no cedieron en su intento de erguir el pueblo y no cesaban en pedir al rey legalmente las tierras para poblarlas.   Cansado de esta situación el doctor Mauricio de Valderrama toma decisión de vender la hacienda “Los Laboyos” a don Francisco Jerónimo de Torres, Alférez de la compañía de caballeros españoles forasteros y alcalde ordinario de la ciudad de Popayán; dónde según las investigaciones de Friede no fueron excluidas del documento de venta las tierras de San Agustín.

Los nuevos administradores de la hacienda no respetaban a los indios y constantemente los perturbaban ocupando sus cementeras, destrozando sus parcelas y despojándolos de sus bienes. (Friede Duque 1964: 30).

Ante esta situación Manuel Astudillo y Pedro de Santanilla, hijos herederos de Alejo Astudillo y demás indios acreedores del pueblo de San Agustín no cesan en su intento de poblar legalmente el pueblo, dando a conocer ante la feligresía de la villa de Timaná las anomalías que el doctor Valderrama y posteriormente don Jerónimo de Torres realizaban en contra de su integridad física, ante lo cual expresan su descontento y exigen les sean reparados los daños causados por dichos señores en la siguiente forma:

“Los menoscabos padecidos en nuestras viviendas y sementeras; causadas por el referido Dr. Valderrama y don Clemente de Osorio en perjuicio de las leyes que nos amparan públicas en el reino, explicándole nuestro derecho al referido pueblo, con todo lo más conducente a fin de nuestra reedificación validada en nuestro pueblo de San Agustín con la mayor paz y quietud que deseamos, pedimos al dicho doctor Valderrama nos satisfaga los quebrantos causados en la expedición de nuestras personas, desamparo de casas, desolación y cierta pérdida de nuestros sembrados, en los quebrantos de meses que hemos tenido vagando y gastando de nuestras mantenciones con lo costosos de este recurso, etc.” (Ibid: 32).

Ante tal desamparo de los indios el Alcalde de Timaná se traslada a San Agustín para dar posesión por tercera vez a los indios sobre mencionadas tierras, esto sucede hacia el año de 1765, o sea, cincuenta años después de iniciado el pleito de tierras.   Desdichadamente el nuevo dueño de las tierras don Francisco Jerónimo de Torres entabló un pleito que duró cinco años hasta (1770), pleito que falló a favor de los indios; apelando de nuevo don Jerónimo de Torres y saliendo ganador puesto que el tribunal lo declaró dueño absoluto de las tierras citadas anteriormente y les exige a los indios sean entregadas las tierras ya que no existe un motivo válido para que en dichas tierras sea erigido un pueblo.

Ganando el pleito don Jerónimo de Torres y utilizando sus poderosas influencias sobre la iglesia local, el 20 de julio de 1771 el obispo de Popayán ordena sean arrojados los indios de la zona agustiniana y sea quemada la iglesia una vez desocupado el lugar, al igual que la destrucción de las chozas.   De esta manera queda destruido por segunda vez el pueblo de San Agustín el cual llevaba más de cincuenta años de existencia (Friede op.cit., Duque: 32).

Los indios que habitaron San Agustín se dispersaron debido a su expulsión de dichas tierras, lo cual no significaba que se hubieran vencido en su intento por poblar la zona, ya que a pesar de su destrucción y de la expulsión de su gente, algunos indios seguían habitando la zona y por ende San Agustín seguía siendo un centro poblado.   Es así como en 1789 el pueblo figura en los registros oficiales como dependiente de la villa de Timaná, el cual cuenta con un cura doctrinero y alcalde de partido (Ibíd: 32).

En estas condiciones se inicia la tercera fundación del pueblo.

TERCERA FUNDACIÓN DEL PUEBLO

La visita del doctor Lucas Erazo y Mendigaña abogado de la Real Audiencia del Nuevo Reino de Granada; a San Agustín en el año de 1790, constituye un punto a favor de los indios ya que el mencionado señor manifiesta en su informe que los indios durante más de diez años han sido asistidos espiritualmente por el doctor Fernando de la Vega, obispado de Popayán, quien los visita cada año para administrarles los sacramentos religiosos.   Por tanto, a él le parece justo que esta comunidad sea erguida como pueblo, ya que a pesar de todos los obstáculos puestos por el doctor Valderrama y por la violencia de don Jerónimo de Torres su perseverancia no tuvo limites.

Es así como el 20 de noviembre se dictó en Santa Fe de Bogotá el decreto que ordenaba la erección de San Agustín en pueblo, dándose paso a un libre asentamiento en el poblado de los indígenas anteriormente expulsado, y que regresarán, tanto como a otros vecinos.   El 4 de septiembre de 1792 se nombró a don Cristóbal de Cuellar como teniente corregidor.  El 10 de junio de 1794 fue designado como cura interino del poblado el doctor Jacinto Victoria.  Se mantiene entonces un dinámico poblamiento en la zona, en el siguiente registro de documento nos sitúa en el año 1825 en el cual San Agustín empieza a figurar como aldea, perteneciente a la jurisdicción de Timaná, en 1888 como corregimiento de Pitalito, hasta que finalmente en 1926 por ordenanza número 24 de 8 de abril, fue erigido como municipio del departamento del Huila. (López en Duque 1964: 33).

Pareciera entonces, que a partir de la tercera fundación de San Agustín, el poblado se mantiene hasta hoy con distintas circunscripciones administrativas. Actualmente, el municipio de San Agustín cuenta con 32000   habitantes, distribuidos en 1316 km 2 .  Estos habitantes de San Agustín han logrado la adecuada conservación de las reliquias arqueológicas que allí se encuentran, a la vez han conseguido buenas vías de comunicación, hoteles de turismo, hospital, establecimientos de enseñanza primaría, alumbrado eléctrico, parques y otras comodidades de la vía moderna (Duque: 33).

Para Duque la ganadería y la agricultura es la base económica de los moradores agustinianos, en nuestra   opinión esta base económica actualmente ha pasado a un segundo plano y ha surgido el turismo como la base económica del pueblo y como principal medio de subsistencia, el cual se extiende cada día más a medida que avanza por las faldas del Macizo.

Atrayendo a gente de variadas procedencias que llegan a la zona para conocer la arqueología   y la riqueza natural del lugar.

La iglesia de San Agustín, que adorna el centro del municipio, con su puerta tallada en madera estilo romano y sus paredes frontales elaboradas en ladrillos a la vista
antiguo y con un altar elaborado en madera hace 80 años, y donde se realiza el pesebre más grande de
Colombia,

La calle de la locería, tomó este nombre debido a que en este lugar construyeron los primeros chircales para la elaboración de teja y ladrillo, por estar muy cerca de los depósitos de arcilla que han servido desde siglos atrás para su fabricación y para la elaboración de cerámica.

Nos dirigimos 12 kilómetros al Este por una vía asfaltada y en muy buenas condiciones hacia la cascada El Salto del Mortiño, una caída de agua del cañón del río Magdalena, catalogada entre las más hermosas de Sudamérica, con una  profundidad 240 mts y otra serie de atractivos.


El Salto de Mortiño es una cascada situada en las gargantas del río Magdalena en el parque nacional natural Puracé, La quebrada La Chorrera, que se precipita sobre las rocas del cañón del Mortiño. Este lugar está ubicado a un lado de la carretera que une a Isnos con San Agustín. Esta cascada se encuentra en el municipio de Isnos, en el departamento del Huila.


El cobro de la entrada nos permite al ingreso de dos miradores espectaculares, llegamos a las 10:00 am y como turistas éramos los únicos.

En una vía completamente asfaltada en un recorrido de 9 kilómetros nos dirigimos a Isnos que quiere decir “Piedra Sagrada”, Isnos inicia como Inspección de Policía en 1939 y es erigido a Municipio el 6 de diciembre de 1958; fue reconocido y declarado por la UNESCO, en 1995, como Patrimonio Cultural e Histórico de la Humanidad, llamado también San José de Isnos, ubicado al sur del departamento del Huila, Basa su economía en la agricultura destacándose los procesos paneleros, café, caña de azúcar, Es una municipalidad rica en hallazgos arqueológicos y riqueza natural de un valor invaluable, Es la sede de los Parques Arqueológicos Alto de los Ídolos y Alto de Las Piedras, que mostraremos en el próximo video en este video continuamos para el salto de Bordones, pero primero llegaremos a Bordones

Nos dirigimos ahora por una via pavimentada y parte destapada a la Vereda de Bordones a 16 Km de Isnos, una pequeña población que se encuentra en la  cordillera central y sobre el Macizo Colombiano con una imponente iglesia el Sagrado Corazón de Jesús, su construcción mas alta.

Iglesia Sagrado Corazón de Jesús en Salto de Bordones 

Lo grande de su iglesia hace pensar lo religiosa que es la Vereda y esta parece ser la plaza principal solo se escucha animales del corral y a menos de un Kilometro el ingreso al salto de Bordones
una hermosa caída de agua que mide aproximadamente 400 mts de altura,

El salto de Bordones está ubicado en la vereda que
lleva su nombre, está catalogada como una de las cascadas más altas de Sur América y la segunda más alta de Colombia, escondida entre las montañas del Macizo colombiano forma a su paso hermosos cañones e impresionantes farallones. Su nombre se debe a unos colonos Caucanos que para pasar de la orilla del río o la otra orilla utilizaban un Bordón el cual sirve de soporte para caminantes y andariegos. Formada por el río Bordones, y su altura aproximada es de 400 metros. 

En el lugar se encuentra un parador-mirador y se puede descender por un sendero hasta la base del salto.
El Salto de Bordones también es un complemento paisajístico que enriquece le oferta de los parques arqueológicos de San Agustín-Isnos.
Huila es sinónimo de bambuco, tamal, achiras, café, arqueología… pero además de su legado cultural, es un destino cargado de lugares asombrosos y experiencias únicas para el viajero.